Este 11 de enero, Ignacio Figueroa Céspedes, académico de la Facultad de Educación y parte del equipo central del Centro de Desarrollo Cognitivo de la Universidad Diego Portales, aprobó con éxito la defensa pública de su tesis y obtuvo el grado de Doctor en Educación de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE).

La tesis, del ahora Doctor Figueroa, se tituló “Construcción de las identidades docentes de las educadoras de párvulos: huellas, voces y tramas en sus trayectorias formativas” y fue codirigida por los doctores Alejandro Madrid y Paula Guerra. El académico UDP, que entró al programa en 2018, comentó su trabajo de investigación y su paso por el Doctorado en Educación de la UMCE.

  • A grandes rasgos, ¿de qué trata su tesis?

Mi tesis explora, desde un enfoque biográfico narrativo, el proceso de construcción de las identidades profesionales de educadoras de párvulos experimentadas, vale decir que tienen más de cinco años de ejercicio profesional. La tesis tuvo como propósito indagar en las memorias, significados y huellas biográficas de las educadoras de párvulos en el contexto de su formación inicial docente, con la finalidad de identificar aquellos puntos de inflexión que constituyen su identidad profesional. Como la tesis se realizó en contexto de pandemia, otro de los temas emergentes abordados fueron las “tensiones identitarias” experimentadas por las educadoras a raíz de los ajustes pedagógicos realizados en contexto COVID-19.

  • ¿A qué conclusiones llegó?

Las grandes conclusiones en el ámbito de Formación Inicial Docente (FID) es que las educadoras experimentan un “reconocimiento ambivalente” en torno a su rol profesional dado por la percepción de que el nivel educativo es importante desde el discurso de la “gran política”, pero en las arenas de la cotidianeidad, laboral y culturalmente no perciben valoración como profesionales de la educación. De esta forma, al tratarse de una profesión altamente feminizada, existe una fijación de la identidad docente en el rol de mujer-madre, aspecto que es considerado por otras personas como connatural y que, por lo tanto, no requiere formación profesional, dislocando las funciones pedagógicas de las de cuidado.

Otro hallazgo importante es el aporte fundamental de la formación práctica en la construcción de la identidad docente, resultando ser para las educadoras participantes “el escenario fundamental” para su construcción identitaria. Aparecen también algunas huellas vinculadas con experiencias de cuidado, que articulan una vocación altruista por la niñez y experiencias universitarias, con docentes memorables y con la formación artística e investigativa. Como conclusión relevante, es importante que los programas de FID consideren los saberes investigativos en torno a la construcción de la identidad profesional, asumiéndolo como un proceso que articula los componente objetivos y subjetivos de la profesión, reconociendo las vivencias en el campo de la práctica como esenciales para articular saberes pedagógicos. Además, resulta relevante que desde la política educativa se establezcan mecanismos de reconocimiento profesional a las educadoras, a través de mejoras en sus condiciones laborales y de estrategias multinivel que permitan aumentar la valoración social del nivel educativo. 

  • ¿Cómo impactó la pandemia en el desarrollo profesional de las educadoras de párvulos?

La pandemia impactó fuertemente el quehacer de las educadoras entrevistadas, dado que con las cuarentenas tuvieron que establecer estrategias de continuidad pedagógica en un contexto de alta incertidumbre y estrés. No obstante, en los relatos que recogí pude apreciar que las educadoras se adaptan rápidamente a las condiciones, aprendiendo a utilizar tecnologías de la información y desarrollando una pedagogía lúdica, a modo de espectáculo teatral, principalmente a través de cápsulas y materiales socioeducativos “a distancia”. Además, las educadoras experimentan “tensiones identitarias” al tener que realizar un trabajo de contención emocional con las familias las que, en general, no responden recíprocamente a sus propuestas pedagógicas, generando la percepción de que su trabajo no es valorado.

Los hallazgos anteriores están mediados por una “crisis de los cuidados”, que ha afectado tanto a las familias como a las educadoras, en tanto se constituye en una carencia de redes de apoyo que afecta principalmente a las mujeres trabajadoras que son madres y/o jefas de hogar. A partir de estos hallazgos, es relevante considerar la necesidad de articular un trabajo colaborativo que permita generar “escenarios de cuidado” en las instituciones educativas orientados a resguardar la integridad emocional y psicológica de las educadoras y de sus comunidades. De esta forma, es posible comprender y atenuar el impacto de los altos niveles de tensión a los que se someten en contextos de crisis, brindando espacios seguros que permitan elaborar las situaciones y aprender a enfrentarlas para beneficio de los niños y niñas con los que trabajan.

  • ¿Cómo fue su experiencia en el doctorado?

Fue una experiencia altamente positiva, se trata de un programa riguroso con un perfil puesto en la diversidad y la interdisciplina como desafíos ético-políticos para la educación. El paso por el doctorado me permitió perfeccionar mi investigación y profundizar en una temática de interés para la formación inicial docente y la formación continua y desarrollo profesional, ámbitos que son parte de mi trabajo acá en la Universidad Diego Portales.

  • ¿Cómo cree que el paso por el programa lo ayudará en su vida profesional?

El doctorado, creo, me permitirá acceder a mejores condiciones para realizar la investigación que considero necesaria para mejorar la formación pedagógica. Me interesa investigar los contextos situados, en este caso como los y las docentes construyen su identidad profesional en un contexto de altas demandas de un sistema educativo fuertemente influido por las lógicas del mercado. Me gustaría seguir indagando en las modalidades de afrontamiento en contextos de incertidumbre y el aprendizaje profesional en los contextos de comunidades de práctica o profesionales. En este ámbito hay mucho espacio para ejercer transformaciones de inclusivas y dialógicas bajo principios como el cuidado, justicia social y la confianza.

De la investigación se han publicado dos artículos en revistas científicas como Perspectiva Educacional (Scielo) y Ciencias Psicológicas (Scopus):