El área de atención clínico educacional centra su quehacer en la evaluación del potencial de aprendizaje y en la mejora de los procesos cognitivos en niños, jóvenes y adultos que presentan alguna dificultad para acceder y/o adaptarse a los diferentes contextos educativos y laborales en los que se desenvuelven.
La evaluación del potencial de aprendizaje se realiza mediante la aplicación del programa de LPAD (Learning Propensity Assessment Device, o Instrumento de Evaluación de la Propensión al Aprendizaje).
A diferencia de un diagnóstico tradicional, el programa de evaluación L.P.A.D. (Learning Propensity Assessment Device, o Instrumento de Evaluación de la Propensión al Aprendizaje) es un método evaluativo orientado a explorar el potencial de aprendizaje y el tipo de interacciones educativas que favorecen la aparición y desarrollo de habilidades y procesos de aprendizaje que no se manifiestan por sí solos en una persona.
Su objetivo es identificar, reconocer y hacer emerger el potencial de aprendizaje oculto que todas las personas poseen, más que identificar las deficiencias y lo que el niño/a logra hacer de manera autónoma. Para conseguirlo, se deben explorar y generar interacciones que demanden la utilización de funciones del pensamiento que no suelen emplearse, o que se hacen de manera inadecuada o insuficiente.
La evaluación considera la aplicación de un amplio y variado abanico de pruebas, mediante las cuales se evalúa la calidad de los procesos de pensamiento implicados en la percepción y atención, el razonamiento, la memoria y la resolución de problemas.
El tiempo promedio de una evaluación es de unas 12 horas, distribuidas en sesiones semanales de 1 ó 2 horas de duración. Las sesiones tienen lugar en la sede del Centro de Desarrollo Cognitivo y son llevadas a cabo por un profesional del equipo, quien asume la titularidad y la responsabilidad del proceso evaluativo, aun cuando éste es analizado y orientado por el equipo clínico.
Avanzado el proceso, los padres son invitados a participar en alguna sesión de evaluación, de manera que, bajo la guía y orientación del equipo, puedan ir observando el modo de interactuar del evaluador e ir comprendiendo los criterios y estrategias que luego serán recogidos y analizados en el informe de evaluación.
La evaluación considera la aplicación de un amplio y variado abanico de pruebas, mediante las cuales se evalúa la calidad de los procesos de pensamiento implicados en la percepción y atención, el razonamiento, la memoria y la resolución de problemas.
El tiempo promedio de una evaluación es de unas 12 horas, distribuidas en sesiones semanales de 1 ó 2 horas de duración. Las sesiones tienen lugar en la sede del Centro de Desarrollo Cognitivo y son llevadas a cabo por un profesional del equipo, quien asume la titularidad y la responsabilidad del proceso evaluativo, aun cuando éste es analizado y orientado por el equipo clínico.
Avanzado el proceso, los padres son invitados a participar en alguna sesión de evaluación, de manera que, bajo la guía y orientación del equipo, puedan ir observando el modo de interactuar del evaluador e ir comprendiendo los criterios y estrategias que luego serán recogidos y analizados en el informe de evaluación.